domingo, 14 de junio de 2009

El museo de la katana de Tokyo




Dicen que en el siglo XVI, antes que Japón cerrara sus fronteras al exterior, los comerciantes españoles que aquí llegaban intentaron vender sus armas de acero como se hacía en Toledo. Los japoneses rechazaron amablemente su oferta, ya que ellos llevaban fabricando espadas durante siglos en un acero de calidad infinitamente mejor que la española. Hubo en su época más de 200 escuelas donde se enseñaba cómo forjar el hierro y cómo moldearlo. A veces tardaban meses en terminar un trabajo, por lo que su acabado era perfecto y de una calidad inigualable. Muchas de estas espadas eran decoradas por artistas y hoy se exponen en este museo.


Este museo suele pasar inadvertido por los turistas, pero alberga una extensa exposición de espadas japonesas. Hace unos años nosotros tuvimos el placer de visitarlo gracias a la brújula que lleva incrustada en el cerebro nuestro compañero y maestro Kim ya que el museo está escondido en un edificio normal y pasa totalmente desapercibido, tanto que mucha gente ni siquiera sabe que está allí. Es una visita que vale la pena.
Dirección: 4-25-10 Yoyogi, Shibuya-ku.Tokyo. Tlf: 03-3379-1386. Horario: 9:00-16:00 (cierra los lunes). Admisión: ¥525(Adultos), ¥315 (Estudiantes de 16 a 22 años ).


MIYAMOTO MUSHASHI




Miyamoto Musashi (宮本 武蔵) (1584? - 19 de mayo de 1645), fue un guerrero famoso del Japón feudal. También es conocido en Occidente como Musashi Miyamoto (en japonés el nombre de familia se antepone al nombre de pila, por lo tanto el nombre original es Miyamoto Musashi). Su nombre completo es Shinmen Musashi no Kami Fujiwara no Genshin (”No Kami” es un título nobiliario, mientras que “Fujiwara” es el nombre de una importante familia noble de aquella época).
Es autor del reconocido tratado sobre artes marciales titulado: “El libro de los cinco anillos” (Go-rin no sho).
Probablemente nació en 1584, en la población de Miyamoto, provincia de Mimasaka. Los ancestros de Musashi eran una rama del poderoso clan Harima, originario de la provincia de Kyushu, la isla más meridional de Japón. Su abuelo, Hirada Shokan, era un servidor de Shinmen Iga No Kami Sudeshige, amo del castillo de Takeyama y un importante señor feudal de la época.

Cuando Musashi tenía siete años de edad, su padre, Munisai, murió o desapareció (no se sabe exactamente). Ya que su madre había fallecido tiempo atrás, el chico fue puesto bajo la tutela de un sacerdote, tío materno suyo. Con esto, encontramos a Musashi como huérfano durante la época de las campañas de unificación del país del Taiko Hideyoshi. Hijo de samurái, durante una de las épocas más violentas de la historia de Japón, los escritos le describen como un joven de carácter tumultuoso, con gran fuerza de voluntad, y físicamente muy desarrollado para su edad. Su tío insistió en que estudiase las artes del guerrero, y esto, unido a su desarrollo físico y su carácter violento, hizo que pronto se viese involucrado en combates. Se guarda registro de una lucha en la cual derrotó y mató a un guerrero adulto, teniendo tan solo trece años de edad. Su oponente era Arima Kigei, un experto samurái de la escuela de artes marciales Shinto. Musashi le lanzó a tierra y acabó con él golpeándole la cabeza con un palo cuando intentaba levantarse.

El siguiente combate serio acerca del que se tiene constancia, ocurrió cuando Musashi tenía 16 años, y en el cual derrotó a Tadashima Akiyama. En la misma época, abandonó su casa para comenzar un peregrinaje en el cual perfeccionó sus habilidades a través de numerosos combates, tanto en luchas individuales como en batallas. Finalmente se asentó cuando tenía 50 años, ya que consideró haber aprendido todo lo que podía aprender a base de vagabundear. En ese periodo de la historia de Japón hubo muchos guerreros embarcados en peregrinajes similares, algunos en solitario, como Musashi; otros bajo el patrocinio de alguna escuela de lucha o algún señor feudal.

Durante todo este periodo de su vida, Musashi se mantuvo relativamente aparte de la sociedad, dedicándose exclusivamente a la búsqueda de iluminación a través del Camino de la Espada. Dedicado solamente a perfeccionar sus habilidades, vivió de una forma bastante precaria, vagabundeando por el país y durmiendo al raso en lo más frío del invierno, sin preocuparse de su aspecto físico, ni tomar esposa, ni dedicarse a ninguna profesión, aparte de su propio estudio.
En la batalla de Sekigahara, en la cual Ieyasu sucedió a Hideyoshi como máximo dirigente del Japón, Musashi estaba entre las filas del ejército Ashikaga y contra Ieyasu. Es decir, estuvo en el bando perdedor. Sobrevivió no solo a los tres días que duró la batalla, en los cuales murieron alrededor de 70.000 guerreros, sino también a la siguiente caza y masacre de los supervivientes del ejército derrotado.

Depues de Sekigahara, decidió partir en Musha Shugyo, una jornada de auto-perfeccionamiento, en que los samuráis viajaban de ciudad en ciudad, buscando oponentes fuertes para probar sus habilidades.
El Musha Shugyo de Musashi lo llevó a tener más de 60 combates entre los 17 y 30 años, nunca siendo derrotado. Estas disputas casi siempre se coronaban con la muerte del rival. Actitudes como ésta, para nuestros ojos occidentales pueden parecer crueles, pero, para aquel grupo de nobles integrantes de la clase más bastada, la muerte se encaraba con naturalidad. De hecho, a los samuráis se les presentaba las artes militares, para que se transformaran en buenos estrategas, valientes y aptos para tomar decisiones extremas rápidamente. En guerras y disputas, su actitud era serena, aún frente a la muerte. Aquél que encontraba la iluminación por medio del Kenjutsu, desarrollaba una decisión precisa de la realidad, premiada con una conducta digna y honesta. Musashi fue un maestro en el Camino de la Espada. Buscó la perfección en el arte de la espada, hasta que su fama alcanzó las principales cortes de Japón.

A los 30 años, después de vencer a Sasaki Kojiro, considerado uno de los más hábiles samuráis de la época, Musashi pasó por una gran mudanza espiritual. Conforme escribió, años más tarde en su obra más famosa, el Libro de Los Cinco Anillos, Musashi sentía que venció estos duelos no por haber dominado la estrategia, sino que por ser más fuerte, preparado o simplemente por suerte. Pasa, entonces, a buscar el significado más profundo del Camino de la Espada, que lo lleva a entrar en contacto con otras formas de arte, como escultura, pintura, caligrafía y también meditación Zen.
Fue con 50 años que finalmente Musashi alcanzó su objetivo de comprender los principios del camino, conforme escribió en la introducción del Libro de Los Cinco Anillos. Cerca de esta época estableció su estilo, el Niten Ichi Ryu.

En el último período de su vida, Musashi se hizo vasallo del clan Hosokawa, viviendo en el castillo Kunamoto. Dos años antes de morir, Musashi se aisló en la caverna Reigando. Allí escribió el Go Rin No Sho, el Libro De las Cinco Anillos o Esferas, dónde compiló sus conocimientos en las artes de la espada y de la estrategia. Esta obra es hoy usada por ejecutivos de grandes empresas de Japón para trazar estrategias de mercado y ética de los negocios.

Mitos
* Se ha dicho que Musashi solo usaba una Wakizashi y una Katana. Esto no es correcto, ya que la mayoría del tiempo Musashi utilizaba espadas de madera, ya que por la habilidad que tenia, no necesitaba de un borde cortante.
* Leyendas dicen que Musashi nunca se bañaba, por miedo a ser atrapado sin sus espadas. Esto es muy poco probable ya que Musashi era frecuentemente invitado a dojos de maestros famosos y casas de nobles.
* Se ha dicho que Musashi creo el estilo de las 2 espadas, tras ver un duelo europeo en el área de Nagasaki. En esa época, los duelos europeos empleaban una espada larga y una corta, como Musashi lo hacía.

Leyendas
* Según cuentan las historias, un buen día entró un vagabundo con dos espadas, de una gran calidad, en una taberna pidiendo comida, el sujeto apestaba y alrededor suyo revoloteaban tres moscas atraidas por el mal olor que impregnaba toda aquella persona. Al verlo sentado en una mesa, comiendo, dos habitantes del pueblo, empezaron a hablar sobre aquel personaje, preguntándose a quien habría robado aquellos aceros, a tacharlo de ladrón y de pordiosero, cuando en un momento dado y sin mediar palabra, el vagabundo alzó sus palillos en tres suaves y ágiles movimientos, haciendo caer a las tres moscas sobre la mesa, después de haberlas atrapado con los mismos, los pueblerinos huyeron de la taberna despavorida, pues ese era Miyamoto Musashi.


Gastronomía japonesa. ¿Nos comemos un Dojo?



El Dojo no es solo el lugar donde se practican artes marciales sino también un plato tradicional japonés que era considerado un manjar para la gente trabajadora del antiguo Edo
Dojo
Dojo-nabe servido en una pequeña parrilla hibachi, preparada para una sola persona. El plato sabe mejor con muchas cebollas verdes por encima.

¡Que Aproveche! La Cultura Japonesa en la Cocina
La cortina dividida noren a la entrada de un restaurante especializado en dojo, Komagata Dojo. “Dojo” normalmente se escribe con cuatro caracteres de hiragana; pero, como los números impares traen suerte, la cortina exhibe otra manera de escribirlo con sólo tres caracteres.


El dojo, llamado “locha” en español, es un pez de agua dulce de zonas de remansos profundos y fangosos en los que el agua fluye con lentitud. Sólo tiene unos 12 cm de largo. De piel resbaladiza y cuerpo fino recuerda a una anguila. Con lo que podrían parecer barbas su cara tiene un aspecto humorístico que lo diferencia de otros peces.

Hace años en Japón se capturaban muchos en corrientes y arrozales inundados. Pero los pesticidas de los campos y los proyectos de desarrollo rural han causado que su población natural haya caído en picado. Últimamente provienen de piscifactorías o se importan.

Los japoneses han comido dojo desde tiempos remotos; de los siglos XVII a XIX fue el pescado que la clase trabajadora consumían con mayor frecuencia. De aquellas épocas provienen las recetas que todavía se hacen en el restaurante Komagata Dojo, en el distrito Asakusa de Tokio.

El restaurante, fundado en 1801, sigue proporcionando una experiencia auténtica del antiguo Edo, quizá más auténtica que ningún otro de los lugares especializados en locha que aún existen en Tokio. Deslice la puerta corredera exterior de madera y se encontrará en una taberna como del periodo Edo (1603-1867), con mobiliario anticuado, almohadones zabuton, alfombrillas de tatami y mesas bajas. El menú ofrece platos sabrosos como dojo-jiru (dojo limpio y entero hecho a fuego lento, y luego introducido en una sopa de miso), y yanagawa-nabe (huevo batido sobre raíz de bardana en finas lonchas y dojo que ha sido cortado a rajas y extendido abierto). Para degustar el mejor dojo en su forma original recomendamos el dojo-nabe.

En cuanto se pide un dojo-nabe, traen a la mesa una pequeña parrilla hibachi, con el carbón encendido ya rojo. A continuación traen el pescado, precocinado y esmeradamente colocado en un caldo en un recipiente poco profundo, el cual se coloca sobre la parrilla. En una esquina que resulte cómoda colocan una caja para la guarnición llena de aros de cebolla verde, junto con un caldo en una tetera de loza. Uno mismo termina de cocinar el plato, echando la cebolla verde sobre el pescado y esperando a que todo se cueza a fuego lento. No tarda mucho porque el pescado está precocinado. Cuando el caldo empieza a hervir fuerte, es hora de comer. Para saborearlo se puede añadir un poco de shichimi-togarashi (especia con una mezcla de cayena, semillas de otras cinco especias y piel seca de naranja) o de pimienta japonesa, y más caldo de la tetera cuando lo necesite.

La locha cocida es blanda y prácticamente se derrite en la boca, así que no hay que preocuparse de las espinas o de la cabeza. Muchos peces de río tienen un sabor especial que a la gente puede no gustarle mucho, pero eso no pasa con la locha cocinada de este modo, que tiene un sabor suave y modestamente delicioso. La unagi (anguila), a veces comparada con la locha, tiene un sabor más fuerte que va bien con el arroz, mientras que el sabor suave de la locha va mejor con el sake. Los entendidos lo beben con el dojo-nabe, y después se lo terminan todo con arroz y dojo-jiru hecho con una pasta de miso dulce.

Cerca de la puerta del restaurante, afuera, se alza una piedra ornamental con un poema grabado que dice:
Mikoshi matsu ma noDojo-jiruSusurikeriMientras esperamos a que llegue elsantuario en andas,Sorbemos una sopa de dojo,Y disfrutamos la fiesta.

El poeta Kubota Mantaro (1889-1963) se crió en Asakusa, donde se labró una reputación a través de obras de teatro y poemas haiku que plasman los sentimientos de la gente de los barrios de trabajadores. A mitad de mayo un gran número de personas cargan en andas con santuarios transportables mikoshi durante el Festival Sanja del santuario de Asakusa. Es el inicio del verano, cuando por el desove la locha tiene las espinas blandas y está en su punto para cocinarla.



Las lochas tal como aparecen en la Wakan Sansai Zue, enciclopedia ilustrada del siglo XVIII. Las barbas (tienen 10 cada una) les dan un expresión humorística.

Artículo sacado de http://web-japan.org/nipponia